Una taza de café frente a la ventana,
Un susurro a lo lejos, el mundo gira,
Muy a lo lejos los pájaros cantan,
Gente que se saluda y sonríe porque sí.
Hoy te busqué, desperté y pensé en ti,
Fui corriendo a tu cama y no te encontré,
No hallé tus pies suaves entre las sábanas,
No sentí tu calor en el abrazo de tus piernas.
Vi tu silueta salir de la habitación y alejarse,
Estabas ahí pero te borrabas, te difuminabas,
Bajé, corrí a prepararte mi amor en la cocina,
Un café para besarte lo más profundo de la boca.
Subí, me senté, callé, suspiré y te observé,
Te vi mientras cubrías tu bello cuerpo,
Mientras te endulzabas con aroma de ti,
Es un instante mágico, me llena el alma.
Diste un par de vueltas presumiendo tu belleza,
Sabes bien que mis ojos son el mejor espectador,
El baile que sucede por todo mi cuerpo vibrante,
Es la canción que da ritmo a tu paso risueño.
Coloqué en tu cuello un bello adorno, lo haces brillar,
Pretexto perfecto para sentirte respirar cerca de mi boca,
Mis labios te sintieron tan cerca que se humedecieron,
De pronto se habían tocado suavemente y sentí tu sabor.
Me abalancé sobre tu boca, luchaste con la mía,
Ese sabor que me acaricia suave, terso,
Mis manos y brazos te apretaron tan fuerte,
Como si la arena no quisiera alejarse del mar.
Soy un loco que quisiera nunca soltarte,
Nunca dejarte partir, nunca dejarte marchar,
Pero eres libre, me gusta saber que vuelas,
Soy el niño emocionado viendo un papalote elevarse.
El amor…
El amor es otra cosa…
No es el ancla que te mantiene sin navegar,
Es el puerto dónde siempre puedes descansar.
El amor que te tengo es el aire que golpea tus alas,
El amor que te tengo es la marea alta para que puedas
surfear,
El amor que te tengo es el empuje que no necesitas, pero que
siempre te daré,
El amor que te tengo es este instante y mientras te aprieto, se vuelve perpetuo.
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