El tiempo es una cura chamánica,
Tan poderosa como para perder la memoria,
Profundo naufragio en una isla de arena negra,
Arena llena de nada, vacía de todo, escurriendo siempre.
Si te subes y remas en esta balsa,
Verás que aquí el mar no se mueve,
Ni una ola, ni un solo soplo de aire,
Las heridas se desangran sin pausa.
Tan lento fluye el dolor aquí, que te acostumbras,
Te quiebras hueso a hueso y sanas solo,
Brebaje de quietud, calma la explosión, el caos,
Un áspero trago de segundos que se vuelven años.
Un instante si parpadeas hacia atrás, una eternidad si ves
hacia delante...
Encallas, sientes el aire fresco y respiras,
Hubo tormenta, ahora el sol brilla con intensidad,
Dejaste pedazos de la balsa en el camino, pedazos de ti,
Pero ahora… Ahora estás con los pies en la orilla, entre
burbujas y el mar.
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